A veces me escucho por dentro
Cuando afuera todo es desorden.
Se incitan en mí palabras ajenas,
Cosas con las que no concuerdo.
Y aunque las hice, ya no las recuerdo.
Terribles verdades,
Lujosas mentiras,
Susurran en mi interior.
Repiten, repiten, repiten.
Quieren que diga lo que no quiero,
Me exigen, me tientan,
Y gritan: “¡Di que no te gusta!”
Yo me muerdo los labios
Para no soltarlo.
Pero el veneno se acumula,
Me llena, me asusta.
Repiten, repiten.
Me pellizcan por dentro,
Y vuelven a gritar: “¡Dilo con furia!”
Entonces cierro los ojos,
Aclaro la mente,
Me repito, me grito,
Me pellizco y susurro:
—¡DI… EGO!
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